miércoles, 16 de abril de 2008

Discurso de Steve Jobs en la Universidad de Stanford

Discurso de Steve Jobs en la Universidad de Stanford durante la apertura del curso. Subtítulos en español

jueves, 20 de septiembre de 2007

"La clave es hacer lo que te gusta" Diario La Nación

La mirada experta de Obdulio Báez, presidente regional del área de telefonía móvil Samsung
Si un profesional que haya estudiado dos carreras es notorio, qué se puede decir de este venezolano que es ingeniero, contador, licenciado en Economía, tiene un master en organización de negocios y recientemente rindió su última materia para recibirse de abogado.
En el momento de ingresar a Samsung como encargado de los negocios de informática en la Argentina, en 1998, la facturación de ese sector era de un 7 por ciento. Al año siguiente subió al 23, para en 2000 trepar al 50. Luego de la crisis económica que sufriera el país en 2001, la compañía tuvo que achicarse porque literalmente los negocios desaparecieron. Con ese panorama decidieron que él condujera los destinos comerciales de las tres divisiones de negocios de la empresa.
Actualmente es presidente regional para el Cono Sur del área de telefonía de Samsung, llamada Latin American Telecomunications Operations (LATO). Con base en México, en el Distrito Federal, tiene la responsabilidad de los negocios de celulares de la compañía de toda la región: "De Tijuana a Tierra del Fuego", dice. Es la primera vez que alguien no coreano toma una posición de esta jerarquía.
Según su experiencia, la Argentina es el país, dentro de la región, con mayor consumo de productos de primer nivel, junto con Venezuela. -¿Cómo superaron la crisis de 2001? -En el momento en que se avecinaba la crisis, a mediados de 2001, no fue difícil para el área en la que me desempañaba recoger la bandera porque manejábamos plazos de pago de 45 días. Esa era la cultura crediticia del negocio y salí favorecido, porque no fue difícil pasar a las ventas al contado. El negocio de informática no dio ninguna pérdida para la empresa.
Pero en las otras áreas de la compañía las cosas no fueron para nada bien.
Con ese panorama tuvimos que achicarnos porque no había negocios. En 2002 nos dedicamos a limpiar la empresa de deudas. Dado que soy contador, estaba preparado para enfrentar las crisis.
-¿Fue como empezar de cero?
-En muchos aspectos sí. Ese año reiniciamos las actividades con el negocio de monitores, que era lo que yo más conocía. Después relanzamos el negocio de celulares en 2003, con el primer teléfono color de la Argentina. Era carísimo, pero significaba empezar por la puerta grande, nos fue bastante bien.
-¿El balance acompañó el crecimiento?
-En 2003 facturamos 35 millones de dólares. Fue un milagro, porque no teníamos estructura. En 2004 facturamos 78 millones, y en 2005 y 2006, 143 y 250 millones. Fue un crecimiento exponencial.
-¿Con cuántos empleados cuentan en la Argentina?
-La facturación creció mucho más que la cantidad de empleados. Arrancamos, después de la crisis, con 10 personas y actualmente somos 25. La facturación creció mucho más que la gente. La Argentina es uno de los países que tiene en relación mayor facturación per cápita que empleados.
-Llama la atención que creciera tanto la facturación y que, en contrapartida, no aumentara tanto el personal. ¿A qué se debe?
-Principalmente, al nivel de management local, que es muy bueno. Están allí los mejores ejecutivos de la región, que tienen capacidad de planeamiento y ejecución.
-¿Cómo ve a la Argentina dentro de la región?
-La Argentina es uno de los países más adelantados en tecnología de América latina y de hecho es el primero en lanzar tecnología de tercera generación en la región. El mercado es creciente, tiene una penetración del 70%. La demanda de celulares está aproximadamente en los 12 millones de aparatos por año.
-¿Cuáles son los requisitos para trabajar en Samsung?
-Lo primero, que el postulante se adapte a la cultura que tenemos. Lo segundo es la pasión que la persona tenga por el trabajo, ya sea porque le gusta el trabajo en sí, el negocio, la marca. Que tenga pasión por la vida y por lo que hace. En tercer lugar, capacidad, que puede ser medida en éxitos en otras compañías, y por último, el human network, ser conocido en la industria, tener red de contactos.
-Según las necesidades del mercado argentino, ¿qué aconsejaría a un joven que está finalizando la secundaria?
-Para quien no tiene una vocación definida aconsejaría el test vocacional. Hay mucha gente que se dedica a esto y algunos son poco serios, pero un buen asesoramiento brinda una orientación hacia dónde desenvolverse. El éxito no depende de la actividad que estás desempeñando, sino del amor y la pasión que le pone uno a la actividad. Eso lo aprendí a fuego, es difícil ir a buscar el éxito. Ponele alma, foco y pasión, y te va a ir bien. Además, para apostar al futuro es clave hacer lo que te gusta.
-¿Cree que alcanza con un título universitario?
-Ya no es suficiente la carrera universitaria, se necesita ir un nivel más arriba, como una maestría, para obtener una oportunidad decente de trabajo, con carrera. Y hoy algo fundamental es el dominio de inglés. Desde la Argentina reportan casi a diario a la casa central, y como el presidente de la compañía en la Argentina es coreano nos comunicamos permanentemente en inglés con él.
-¿Cómo organiza su tiempo?
-A pesar de las obligaciones que tengo lo reparto bien. La familia es tremendamente importante para mí. No logro encontrar nada más importante que ellos. Allí está mi equilibrio emocional. Es una labor a la que le pongo trabajo y empeño para mantenerla en el orden que está. Un día a la semana me retiro más temprano y salgo a pasear con mi nieto. Vamos a darle de comer a las palomas, conversamos. Además de ser muy bueno para mí sé la tranquilidad que le da a mi hija.
-¿Tiene tiempo de practicar la jardinería?
-Es un hobby que heredé de mi madre, ella era una excelente jardinera y los primeros pasos en esta actividad los aprendí con ella. Luego continué estudiando y dedicándole más tiempo a esta afición, concentrándome más en las orquídeas, planta que despertó siempre mi curiosidad por su nivel de sofisticación y belleza. Hoy en mi casa de Buenos Aires tengo unas cuantas variedades de ellas. Por supuesto que por mi ausencia mis hijos se ocupan de cuidarlas, aunque ellos no tienen mucha afición a las plantas, no pude transmitirles esa desestresante pasión, lo cual es una de mis frustraciones. Hoy desde México en pocos meses empezaré nuevamente a dedicarles tiempo y pasión a mis orquídeas.
Daniela San Giovanni
Hoja de vida Obdulio Baéz, paraguayo, tiene 54 años.
Vino a la Argentina a los 18 por una beca para estudiar Ingeniería, luego siguió la carrera de Contador, licenciado en Economía y master en Organización de Negocios. Se recibió de abogado hace poco, porque “podés estar más en el límite a la hora de negociar. Mis últimas carreras están relacionadas con la negociación”. Es casado, tiene dos hijos, un nieto y otro en camino.
Es hincha de Independiente.
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